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El mas mínimo gesto puede crear la felicidad más grande...

13 de diciembre de 2010

Oportunidades.

Nunca, pero nunca he sentido nada parecido a lo que siento ahora...
Es una sensación rara, diferente, única... Una sensación llena de sensaciones, la verdad es que no sé ni como explicarlo.
¿Sabes eso de que cuando hablas poco con esa persona... Más inmensamente son las ganas de volver a hablar con él? La verdad es que todo fue tan extraño... Real pero creíble, creíble pero sin intencional.... Solo él es quien me llena de esta sensación, solo él es el que me saca esa sonrisa que nadie sabe, solo él es el que sabe entenderme cuando nadie lo hace.
Quizás sea cosa del destino, de la vida. O simplemente una casualidad. Solo sé que desde el día en el que lo vi, mi vida cambió por completo.
Todo ocurrió no hace más de un mes. Llevaba mucho tiempo sin verlo, es más, ese día me acordé de él y de las ganas que tenía de volver a encontrármelo. Y parecía como si alguna estrella fugaz de allá arriba me hubiera escuchado.
Lo vi... Sí, hay estaba. Por un momento, mi tiempo se congeló. No tenía palabras para describir las mil sensaciones que recorrieron mi cuerpo en ese momento.
Me sonrió, e inevitablemente le respondí con una sonrisa. Sí, esa sonrisa que te sale sin quererlo, esa sonrisa inevitable que solo a él puedes regalarle. Todo parecía tan diferente desde ese día... Sólo quería acercarme a él y poder decirle todo lo que me ocurría: mis emociones, mis sentimientos, el motivo por el que lloraba, la causa por la que sonreía.... Todo. Absolutamente todo.
La tarde transcurría tranquila, menos para mí. No podía quitarle el ojo de encima, era imposible... Y si él supiera las ganas que tenía de abrazarle, tal vez no estaría ahí, a tres metros de mí. Compartiendo sonrisas con sus amigos, y alguna que otra conmigo... Pero a distancia.
Le miraba. Me miraba. Miradas que me confundían, miradas que me hacían sentir ese cosquilleo dentro de mí, me sentí tontamente enamorada...
Voy a ir. Pensé. Voy a acercarme y le voy a dedicar la mayor de mis sonrisas. Pero mi timidez me superaba. Era incapaz de poder acercarme.... Suspiré.
Algún día espero volverlo a ver. Sí, la próxima vez me acerco.
Pero, por desgracia, no hubo próxima vez... Y es cuando comprendí que cuando tienes una oportunidad en tu vida, por muy diminuta que sea, no hay que dejarla escapar.
Aprovecha el momento, vívelo... Porque nunca sabes si volverá a pasar.

2 comentarios:

  1. Que razón tiene la última frase, hay que guiarse por impulsos... Arrepiéntete de las locuras cometidas y no de no poder haberlas cometido...
    un besito

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  2. Pues sí, nunca pierdas una oportunidad cuando la tengas :) porque las cosas siempre pasan por alguna razón...
    Un besito!!

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