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El mas mínimo gesto puede crear la felicidad más grande...

21 de septiembre de 2010

Noche estrellada.

Noche...
Noche apagada, estrellada, nubosa. Noche silenciosa... Noche en la que los recuerdos te invaden, no te dejan dormir.
Allí estaba yo, en el mismo sitio de siempre y a la hora de siempre. Sola, como siempre. Sentada en las rocas contemplando el crepúsculo de aquella tarde tan bonita, pero dolorosa a la vez.
Recordando que ese día, podría estar acompañada. Pero no. Y entre lágrimas vi como el sol desaparecía del cielo, recibiendo así la noche de ese domingo tan inquietante.
Las lágrimas no cesaban, y resbalaban por mi cara hasta llegar a mi boca, provocando así un sabor salado y amargo en mi. Suspiré, una y otra vez... Preguntándome así el por qué te alejaste de mi camino.... ¿POR QUÉ? Me pregunté a mi misma. Pero sabía que aunque lo gritara a los cuatro vientos, nadie respondería a esa pequeña pregunta, pero tan grande a la vez... Y llena de dudas.
Contemplaba la noche pasar ante mis ojos, como las estrellas iban apareciendo a causa de la oscuridad de la noche. Algunas más luminosas que otras, incluso adoptaban formas muy peculiares.
De pronto, vi una estrella diferente a las demás. Una estrella fugaz.
No me dio tiempo a nada, ni siquiera a reaccionar.
<<Dicen que cuando pides un deseo a una estrella fugaz, éste se cumple.>> Pensé.
Yo nunca creí en esas cosas, pero ese día sólo necesitaba una mísera esperanza para salir de ese túnel oscuro, de esa cueva tan grande, de este vacío que tenía dentro de mi.
Cerré los ojos, muy fuerte. Tan fuerte que me hacía daño, pero no me importaba. Pedí un deseo, con muchas ganas, con mucha fe, con mucha fuerza, con mucha esperanza. Estuve así un pequeño tiempo...
De repente, escuché una voz a mis espaldas. Esa voz que siempre está cuando la necesito, que me hace sonreír, esa voz tan bonita, llena de alegría y vitalidad. Sí, era él.
Sólo sé que en ese momento, me volví y lo abracé, tan fuerte que no quería soltarlo jamás.
Sí. Mi deseo se cumplió, llámalo casualidad o milagro. Pero él estaba ahí, para hacer desaparecer esas lágrimas y crear una sonrisa en mi cara. Una sonrisa de esas que hacen que veas todo de manera diferente.
Por que un amor puede durar un tiempo, mientras que una amistad toda la vida.
Un mejor amigo, nunca te fallará, y siempre sabrá donde buscarte.
Nunca dejes que la tristeza te pueda, siempre hay alguien a tu alrededor que querrá hacerla desaparecer.
Noches que nunca se olvidan, noches que son totalmente diferentes. Noches especiales para compartir con alguien especial.


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