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El mas mínimo gesto puede crear la felicidad más grande...

29 de agosto de 2010

Perdona si te llamo amor

Noche de ventanas entreabiertas para recibir un atisbo de primavera. Noche de colchas que protegen y recuerdos que dejan dudas y un sabor un poco amargo en la boca. Doy vueltas y más vueltas...
A veces, el pasado hace que las almohadas resulten incómodas. Pero ¿Qué es el amor? ¿Existe alguna regla, una manera, una receta? ¿O es todo casual y sólo queda esperar a ver si tienes suerte? Preguntas difíciles mientras el reloj señala la medianoche.
Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices, se lo dices a él. Y eres consciente de que hay respuestas que quizá deberían cambiarse.
Es preciso partir para volver a encontrar el camino...
Dos lágrimas resbalan despacio, casi tímidas y preocupadas por no manchar la almohada. Me abrazo a ella... Y por un instante, me siento protegida por esa colcha que me separa del mundo.
La almohada me resulta incómoda. Como un pensamiento puntiagudo colocado debajo del colchón.
Silencio... Ese silencio pleno. Profundo. El silencio de los besos... Ese que habla de sueños y fábulas, de tesoros escondidos. Los más bellos. Y yo lo sé. Y mientras aprieto con más fuerza la almohada pienso que quizá el amor verdadero llegará tarde o temprano.
Un amor de esos... Hecho de risas y bromas, de miradas que despiertan la llama del amor, de sonrisas que terminan en un beso... Sí, eso es amar.
Puede que sea preciso viajar antes de saber cuál es la meta adecuada para nosotros. Quizá cada vez que amas sea la primera.



23 de agosto de 2010

Montaña rusa.

Es increíble la de vueltas que puede dar la vida...
Y ya nada es lo que parece!
Pensé que ahora todo sería diferente, los años pasan... Y la gente cambia, pero jamás pude llegar a pensar que me pasaría lo mismo...
Estoy confusa, adormecida, con ganas de llorar... Pero no puedo, ya lloré bastante y no me quedan lágrimas.
Definitivamente debo reconocer que me volví a equivocar...
Todo parecía que iba para mejor, hasta creí que vivía en un sueño! Pero me caí de la nube... Otra vez.
Debí darme cuenta pero no lo hice.
Por qué tiene que pasarme siempre lo mismo?
Estoy cansada... Yo sé perfectamente que la vida no es color de rosa, pero tampoco tan vacía...
Y sé que nada volverá a ser como antes, que todo ha cambiado. Aunque después todo esté bien, volverá a pasar y así sucesivamente...
Todo ha cambiado.
La vida da muchísimas vueltas, subidas y bajas... Como una montaña rusa.


Gotas de lluvia

Andaba aturdida, confusa, desonrientada…
La lluvia caía sobre mí y no parecía importarme, aunque estaba helada, calada hasta los huesos. Mis lágrimas se juntaban con las gotas de la lluvia, y, por un momento, me sentí viva… Llena de vida. Sonreí para mis adentros, suspiré y seguí caminando mientras chapoteaba en los charcos, fingiendo que no me pasaba nada.
<<Todo pasará>>, pensé, <<esta pesadilla acabará…>>.
De pronto, me abrumaron la necesidad de mis palabras… ¿Y si esto no terminase? ¿Y si estoy condenada a esta mala suerte de por vida?
No.
Caminaba cada vez más y más deprisa, como si llegara tarde a alguna parte. Pero iba sin rumbo, no tenía intención de ir a algún lado.
La lluvia fue cesando, ya no caía tantas gotas, aunque ya estaba empapada. Me senté en un banco, cerré los ojos y lentamente alcé el mentón de manera que los pocos rayos de sol que habían me acariciaran la cara. Me relajé bastante escuchando el sonido de la lluvia caer, o por lo menos, de lo que aún seguía cayendo… Relajaba bastante oír como las gotas caían rápidamente hacia abajo y chocaban contra el suelo dejando charcos por las calles.
La lluvia… Ese fenómeno tan grande y maravilloso que te da la naturaleza.